May
21
RECTOCELE
¿QUÉ ES UN RECTOCELE?
Un rectocele es un crecimiento de la pared frontal del recto hacia la vagina. La pared del recto puede adelgazarse y debilitarse, formando una especie de globo que se introduce en la vagina cuando se puja al evacuar. La mayoría de los rectoceles ocurren en mujeres en quienes la pared frontal del recto se sube contra la pared posterior de la vagina. A esta área se le llama septo rectovaginal y es un tejido que puede ser un área débil en la anatomía femenina. Otras estructuras también pueden empujarse dentro de la vagina. Al crecimiento de la vejiga dentro de la vagina se le llama cistocele; al crecimiento del recto dentro de la vagina se conoce como rectocele; y los intestinos empujando de arriba hacia abajo en la vagina, pueden formar un enterocele. A pesar de ser poco frecuente, los hombres también pueden desarrollar un rectocele.
Un rectocele puede presentarse sin ninguna otra anormalidad. En algunos casos, un rectocele puede ser parte de una debilidad generalizada del soporte pélvico y puede existir junto con un cistocele, uretrocele y un enterocele, o con prolapso uterino o vaginal, prolapso rectal, e incontinencia fecal o urinaria.
¿QUÉ PUEDE CAUSAR UN RECTOCELE?
La causa subyacente de un rectocele es la debilidad de las estructuras de soporte pélvico y el adelgazamiento del septo rectovaginal. Ciertos factores pueden aumentar el riesgo para que una mujer desarrolle un rectocele. Estos incluyen trauma al nacer; como partos múltiples, difíciles o prolongados, el uso de fórceps u otros métodos asistidos durante el parto, rupturas en el perineo o una episiotomía en el recto o en los músculos del esfínter anal.
Además, una historia de estreñimiento y esfuerzo en las evacuaciones, o una histerectomía (extirpación del útero) pueden contribuir al desarrollo de un rectocele. Generalmente, estos problemas se presentan con la edad, aunque pueden presentarse, de manera ocasional, en mujeres más jóvenes o en aquéllas que no han tenido hijos.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE UN RECTOCELE?
Muchas mujeres tienen rectoceles, pero solo un porcentaje pequeño tienen síntomas relacionados con el rectocele. Los síntomas pueden ser primeramente vaginales o rectales. Los síntomas vaginales incluyen abultamiento vaginal, la sensación de una masa en la vagina, dolor durante el coito o incluso algo colgando fuera de la vagina que puede ser molesto. El sangrado vaginal es raramente visto si la mucosa vaginal del rectocele esta irritada, sin embargo, su médico debe checar otras causas del sangrado. Los síntomas rectales incluyen estreñimiento y evacuaciones especialmente difíciles con mucho esfuerzo. Con frecuencia, esto se asocia con crecimiento en la vagina al realizar esfuerzo durante las evacuaciones. Algunas mujeres encuentran que presionar contra la pared baja de la parte trasera de la vagina o a lo largo del borde de la vagina les ayuda a vaciar el recto. Sin embargo, con frecuencia regresará la urgencia para evacuar casi al momento mismo de dejar el baño, debido a que las heces que quedaron atrapadas en el recto regresan al recto bajo al levantarse del inodoro. Se puede presentar una sensación general de presión pélvica o molestia, pero puede deberse a diversos problemas.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA UN RECTOCELE?
La mayoría de los rectoceles pueden ser identificados mediante un examen rutinario de vagina y recto. Sin embargo puede ser difícil evaluar el tamaño e importancia del rectocele. Un método más preciso de evaluación es un estudio de rayos X llamada defecografía. Este estudio muestra el tamaño del rectocele y a qué grado se vacía con la evacuación.
¿CUÁNDO DEBE SER TRATADO UN RECTOCELE?
El rectocele debe recibir tratamiento cuando causa síntomas significativos. Si se observan muchas anormalidades, lo mejor es buscar la asesoría de un especialista.
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
Los rectoceles que no provocan síntomas no requieren ser tratados. En general se debe evitar el estreñimiento mediante una dieta alta en fibra y tomando muchos líquidos.
TRATAMIENTO MÉDICO
El primer paso es un programa de manejo del intestino. Este incluye una dieta alta en fibra y tomar de 6 a 8 vasos de agua diariamente. La fibra actúa como una esponja; aumenta el volumen de las heces y las mantiene hidratadas. Las heces serán mayores, más suaves y tendrán mayor facilidad para pasar a través del colon. Puede agregarse un suplemento de fibra y/o suavizador de heces a fin de mejorar la consistencia de las heces. La mayoría de los suplementos de fibra se hacen a base de “psyllium”, un producto de semilla, o de un coloide hidrofílico (gel) que absorbe el agua; ayudando a suavizar y lubricar las heces. Los laxantes activos deben ser evitados.
Debe evitarse realizar un esfuerzo prolongado. Si no le es posible vaciar el recto completamente, levántese e inténtelo más tarde. Puede resultar útil ejercer presión con un dedo para sostener el rectocele y facilitar la evacuación en la dirección correcta. Esto se puede lograr presionando contra la parte baja de la pared trasera de la vagina o a lo largo del borde posterior de la vagina. Debe evitar poner el dedo dentro del ano para jalar las heces hacia afuera, pues esto puede ocasionar daño. Un pesario puede usarse para sostener los órganos pélvicos. Es un aro que se inserta dentro de la vagina a la medida de cada mujer.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Si persisten los síntomas aún con la terapia médica, entonces debe indicarse la reparación quirúrgica. Existen diversas técnicas quirúrgicas para reparar un rectocele. Pueden realizarse a través del ano, de la vagina, del perineo entre el ano y la vagina, o por arriba del abdomen. Cuando existe mucho relajamiento pélvico y prolapso, el mejor recurso puede ser una reparación combinada.
¿QUIÉN DEBE TRATAR ESTE PROBLEMA?
Tanto los cirujanos colorectales como los ginecólogos están capacitados para manejar estos problemas. Si los síntomas son completamente vaginales, lo más indicado es recurrir al ginecólogo. Si los síntomas son rectales, entonces debe consultar a un cirujano colorectal. Si hay preguntas relacionadas a este problema, debe buscarse la opinión de ambos especialistas.